Fue construida en 1973, en una casa del Barrio Observatorio de Córdoba, y funcionó en dos subsuelos de paredes insonorizadas. La dictadura la convirtió en centro de torturas y luego se la “cedió” a un funcionario judicial. Este año, la Justicia la devolvió a los herederos de sus legítimos dueños y estos descubrieron que la estructura de la vieja imprenta está intacta. Ahora será un Centro de la Memoria